Con los sucesos que se han estado dando en La Liga de España en los últimos años y en especial en las últimas dos temporadas, podemos comenzar a vislumbrar que el significado real la palabra La LIGA es
“La Liga Influida por Gansters y Alcahuetas”
En las últimas temporadas de la Liga, con un marcado incremento después de la pandemia, hemos visto como se han dado un sin número de eventos que dejan muy en entredicho los valores e integridad de los equipos, así como de los mismos representantes de La Liga.
Iniciamos con el conglomerado de equipos, liderados por el Real Madrid, queriendo hacer una Super Liga, que desvirtúa el principio del futbol que es la diversión para las masas. Con una directiva de La Liga que se opone, pero que se vende al Medio Oriente trasladando su Super Copa a esa región y en su primera edición, solo por la necesidad de ingresos, invita a jugar un equipo que no estuvo en la final de la Copa del Rey, ni fue de los 2 primero de la clasificación, demostrando la misma falta de respeto que tanto critico a los equipos de la Super Liga.
Luego vamos viendo como año tras año, se incrementa la queja de múltiples equipos por la falta de criterio arbitral y La Liga solo responde diciendo que las demás ligas también tienen problemas, en lugar de resolverlo. Vemos como árbitros temen pitar con contundencia a ciertos equipos por temor a represalias, mientras que con otros son más duros, sin argumentos (por eso han dejado de tener presencial arbitral mayoritaria en torneos como Eurocopa y Mundial). Para completar, salen acusaciones de pagos hechos a árbitros por el FC Barcelona, que aunque no se declara culpabilidad, sigue siendo una dinámica más que extraña.
Cuando podríamos pensar que todo esto que sucede y es vidente podría ser solo una disputa interna, comenzamos a ver como es una situación sistemática con involucrados a todo nivel, al ver como el Gobierno Central del España ajusta leyes de impuestos y residencia para favorecer inscripción de jugadores y ayudar en las finanzas de ciertos equipos. Además, se permite la inscripción de jugadores con documentos falsos, se hacen pagos a hacienda para evitar tiempos en cárcel de jugadores y se flexibilizan leyes para cubrir violaciones de reglamentos urbanos, de monopolio y venta.
La guinda que le faltaba al pastel, la ha puesto el Barcelona con la no inscripción a tiempo de dos de sus jugadores, por responsabilidad propia y ahora además de poner la culpa en terceros, usa atajos legales para cubrir sus errores.
Es una pena ver como una Liga como la española, que fue de las mejores del mundo, con los mejores jugadores y el más alto nivel de calidad, ha ido perdiendo los valores y la identidad, que tanto promulgan sus equipos, para convertirse en una asociación de lucha de poderes y dinero, dejando de lado el juego.
Ya solo queda en los aficionados conscientes, alzar la voz y pedir por una Liga más justa, ética y responsable o simplemente dejarla podrir, destruirse y esperar a que resurja de nuevo, como pasó con la Serie A luego del drama de las apuestas a inicios del 2000.
