La selección venezolana de fútbol, conocida como la Vinotinto, se enfrenta a un nuevo y desafiante obstáculo en su camino hacia el Mundial 2026. La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) ha confirmado que el enfrentamiento entre Bolivia y Venezuela, correspondiente a la séptima jornada de las Eliminatorias, se jugará en el Estadio Municipal de El Alto, situado a unos 4.083 metros sobre el nivel del mar.
Este cambio marca una diferencia importante en comparación con el habitual escenario del estadio Hernando Siles en La Paz, que se encuentra a una altitud de 3.581 metros. Para los dirigidos por Fernando Batista, este nuevo entorno no solo implica un cambio de escenario, sino también un desafío fisiológico considerable.
Jugar a una altura tan extrema como la de El Alto puede tener serias implicaciones para la salud de los jugadores, especialmente aquellos que no están acostumbrados a tales condiciones. La disminución del oxígeno disponible puede provocar fatiga rápida, mareos, e incluso afectar la capacidad de concentración y el desempeño físico en el campo. Además, las bajas temperaturas y la falta de humedad en el aire pueden agravar el riesgo de lesiones y afectar la recuperación post-partido.
La Vinotinto, actualmente en la cuarta posición de las Eliminatorias con nueve puntos, deberá preparar a sus jugadores con especial cuidado para mitigar los efectos adversos de la altitud. Adaptarse a estas condiciones extremas será clave para mantener el nivel de juego y asegurar un resultado positivo en un entorno tan desafiante.