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Béisbol

El regreso de Ronald Acuña Jr.

Con el plan en mente después de su segunda lesión.

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NORTH PORT, Florida – Ronald Acuña Jr. tuvo un encuentro con los especialistas médicos de los Atlanta Braves la tarde del 26 de mayo y se quebró en llanto al recibir la noticia de que había sufrido un desgarro total del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda. Sin embargo, cuando su entrenador en Venezuela, Juan Aular, habló con él esa noche, lo encontró sereno. Ya había aceptado la realidad, comprendía exactamente lo que se avecinaba y estaba convencido de que al final del proceso surgiría una versión mejorada de sí mismo.

«Vamos a repetir este proceso», le dijo Acuña a Aular, el mismo hombre que lo guió en su recuperación tras la ruptura del ligamento cruzado anterior en su rodilla derecha menos de tres años antes. «Vamos a volver a ganar el MVP».

Aular recordó: «Se me erizó la piel».

Acuña había sufrido la misma lesión en 2021, por lo que cuando Aular vio el video de él desplomándose en el terreno en Pittsburgh la temporada pasada, temió que enfrentarse nuevamente a una rehabilitación tan exigente pudiera ser un golpe devastador para él. Pero aquella primera llamada telefónica disipó sus temores. Y cuando comenzaron a entrenar juntos en el invierno, Aular notó a un Acuña diferente al de la recuperación anterior. Era más maduro, con mayor enfoque, aunque también enfrentaba un conflicto con su identidad como jugador.

Al principio, Acuña aseguraba que ya no intentaría robar bases, y Aular pasó 10 semanas convenciéndolo de que no era necesario llegar a tal extremo.

Trabajaron en fortalecer su estabilidad y mejorar su capacidad de cambio de dirección, pero también en su mentalidad. Aular insistió en que modificar su estilo de juego no era la solución. Reducir su intensidad podría ser incluso más riesgoso. Simplemente tenía que ser más estratégico. Su primera lesión ocurrió cuando intentó atrapar una pelota cerca de la barda mientras corría a toda velocidad. La segunda, en cambio, fue consecuencia de un intento innecesario de robar tercera base en la primera entrada de un partido temprano en la temporada, lo que llevó a una torcedura al retroceder apresuradamente a la segunda base.

«Debe aprender a jugar según las circunstancias del partido», explicó Aular en español. «Esa es la clave para Ronald».

Acuña, con 27 años, ha disputado siete temporadas en las Grandes Ligas, pero solo ha gozado de plena salud en dos de ellas. En 2019, su primera temporada completa, conectó 41 jonrones, se robó 37 bases, logró un OPS de .883 y terminó en el quinto lugar en la votación al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. En 2023, registró la primera temporada 40/70 en la historia de la MLB, llevándose el MVP de manera unánime.

Tras esa hazaña, Acuña se consolidó como una de las máximas estrellas del béisbol, quizás solo por detrás de Shohei Ohtani. Sin embargo, tras una segunda cirugía de rodilla, es incierto cómo volverá al diamante. Él, por su parte, está convencido de que una combinación de salud y experiencia lo convertirá en «un mejor jugador que en 2023». También desea modificar algunos aspectos de su juego.

«Prefiero robar 30 bases y jugar toda la temporada a intentar 70 robos, lesionarme y perderme el año entero», expresó en español.

Pero encontrar el equilibrio entre su agresividad natural y un enfoque más prudente será un reto. Los Braves desean verlo sano, aunque también saben que su mejor versión implica jugar con una intensidad sin reservas. No quieren que Acuña se pierda a sí mismo en el proceso.

El tiempo será clave.

Aún no hay una fecha exacta para su regreso, pero si todo avanza según lo esperado, se reincorporará al equipo en mayo, completando una rehabilitación de 12 meses, dos más que la anterior. No tendrá restricciones impuestas por el equipo. Volverá a patrullar el jardín derecho desde el principio, sin necesidad de alternar como bateador designado, y tendrá libertad para correr en las bases. Cualquier precaución será decisión suya.

«Queremos asegurarnos de que cuando regrese, esté al 100% y pueda jugar su juego», comentó Alex Anthopoulos, gerente general de los Braves. «Es muy competitivo, un corredor excepcional, y no le pondremos limitaciones».

Anthopoulos ha escuchado sobre la intención de Acuña de ser más cuidadoso en las bases, aunque el propio jugador no se lo ha dicho directamente.

«Lo creeré cuando lo vea».

«Y no lo digo de mala manera», agregó Anthopoulos. «Es simplemente un gran robador de bases. Si está sano y recibe el visto bueno de los médicos, encontrará un ritmo adecuado. Pero no le hemos dado instrucciones específicas. Cuando regrese, jugará sin restricciones».

Cuando Acuña volvió de su lesión en 2022, Anthopoulos lo notó más «tímido y precavido» en el jardín. Temía que la lesión se repitiera y aún no había recuperado la fuerza en sus piernas. Necesitaba días de descanso por molestias persistentes, y sus estadísticas lo reflejaron: un OPS de .764, solo 15 jonrones y 11 intentos de robo fallidos en 119 juegos, la cifra más alta de la Liga Nacional.

Esta vez será distinto.

«Ahora es mucho más fuerte», aseguró Aular.

Acuña pasó los meses de junio a septiembre en Elite OrthoSport, un centro de entrenamiento en Los Ángeles recomendado por su cirujano, Dr. Neal ElAttrache. Luego, desde noviembre hasta enero, trabajó con Aular en La Sabana, su pueblo natal en Venezuela. El equipo de entrenamiento de los Braves proporcionó un plan detallado, y ambos lo siguieron seis días por semana, con sesiones de cinco horas, descansando solo en Navidad y Año Nuevo.

Para enero, Acuña declaró que empezaba a sentirse como él mismo otra vez. En los entrenamientos de primavera, impresionó con jonrones colosales en las prácticas de bateo, haciendo que pareciera que nunca se había ausentado.

«Se ve como el mismo de antes», dijo Michael Harris II, jardinero central de los Braves. «Sigue disfrutando el juego, sigue siendo bromista, sigue mandando pelotas por encima del marcador».

Acuña siempre ha sido un corredor excepcional. En su adolescencia, destacó como velocista en carreras de 400 metros y, en su proceso de ligas menores, robó 82 bases en 265 juegos. En Grandes Ligas, acumula 196 robos entre 2018 y 2024, la segunda cifra más alta en ese periodo, a pesar de perderse el 30% de los juegos. Robar bases siempre ha sido parte de su esencia, y pocos creen que lo dejará por completo.

«No creo que deje de correr», comentó entre risas Matt Olson, primera base de los Braves. «Es su estilo de juego. Puede ser más selectivo, pero una vez que esté ahí afuera, volverá a ser el mismo de siempre».

Los Braves sufrieron la temporada pasada, viendo interrumpida su racha de seis títulos divisionales consecutivos. Ganaron 89 partidos y apenas lograron entrar a los playoffs. Con los Mets sumando a Juan Soto y los Phillies manteniéndose como un equipo fuerte, los Braves se preparan para recuperar a sus dos principales figuras: Spencer Strider, quien se sometió a una cirugía de codo tras solo dos aperturas, debería volver en abril; Acuña estará en la parte alta del orden ofensivo poco después.

Aunque no jugará en la Liga de la Toronja, ya ha comenzado a batear contra lanzadores de su equipo para recuperar su ritmo. En breve podrá hacer ejercicios de corte y, pronto, iniciar su asignación de rehabilitación. La proximidad de su regreso ha elevado su ánimo notablemente.

«Aprendes a valorar más todo cuando pasas por algo así», afirmó Brian Snitker, manager de los Braves. «Te das cuenta de lo afortunado que eres de jugar este deporte».

Cuando se le preguntó qué había aprendido de este proceso, Acuña respondió:

«Paciencia. «No apresurarme».

Y está seguro de que saldrá fortalecido.

«Sé de lo que soy capaz», concluyó Acuña. «Todavía no he alcanzado mi mejor nivel. La clave es estar saludable».

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